Testimonios de pampinos...

Sobrevivientes del extinto cantón salitrero de Taltal.




                Ruinas de lo que fue el tornamesa que giraba a las locomotoras para cambiar su dirección

Caminando entre las ruinas de las oficinas salitreras y estaciones del otrora FFCC de Taltal, me hago varias preguntas de como pudieron ser aquellos edificios y casas que alguna vez vivieron esforzados hombres y sus familias. Por ello me basto poco tiempo en encontrar y escuchar, si se puede decir valiosos testimonios de personas que vivieron en aquellos parajes tan desolados actualmente. Los he llamado “sobrevivientes de la pampa taltalina”.
Una de las historias más cercanas y reconfortante es la mi querida abuela doña Rosa Díaz Collao viuda de Miranda, una de las pocas “breasianas” que quedan en estos tiempos, las llamo así porque a la mayoría de estas personas les decían pampinos(as). Mi abuela hija de un matrimonio venido desde el sur, me cuenta su más lucida historia de su niñez en lo que fuera la ex-estación Breas perteneciente al FFCC de Taltal, ubicada a unos 16 kilómetros al noreste de Taltal.
Bueno abuelita cuénteme su vida en Breas:

Bueno hijo yo nací en la estación Breas algunos le llamaban paradero, por que los trenes no alcanzaban a llegar a Canchas la siguiente estación después de Central, esto era por el carguío de agua para las locomotoras, que era importante para calmar las calderas que eran alimentadas por carbón y en algunas por petróleo.

¿De donde venia sus padres y como era su vida familiar en aquellos tiempo?

bueno mi familia venía del sur más preciso de Ovalle, mi madre se embarcó en el puerto de Coquimbo hacia Taltal, ella venía como mis 5 hermanos mayores. Mi padre estaba en el norte trabajando en el ferrocarril, de ahí se vino a Breas junto a mi madre y mis hermanos mayores. Mi padre estaba a cargo de arreglar las líneas en la estación, mi madre la típica mujer de esos tiempo una dueña de casa, atenta y preocupada de que la casa estuviera bien ordenada y limpia. Nosotros éramos 10 hermanos los 5 últimos nacidos en Breas, los mayores se preocupaban de los más chicos, cuando íbamos a jugar a los jardines de higueras, mi hermana Rebeca vendía la leche de las cabras que teníamos, a los viajeros que pasaban por ahí, esta era una sociedad entre mi madre una amigas de la oficina Flor de Chile.

¿Pasado unos años porque se trasladan del lugar donde nació?

Tu bisabuelo como trabajaba arreglando las líneas, tenía ya una gran consideración de parte de sus jefes, en ello sucede que el capataz que estaba a cargo de la cuadrilla del 21 baja a Taltal, así que a mi papá los jefes lo trasladan a dicho sector más al este de Breas. Por tanto debía llevarse sus enseres y por supuesto a nosotros, así que partimos hacia “el 21” Ahí también habían casitas que estaban hechas de calaminas y madera, pertenecientes al ferrocarril. Y por cosas de la vida encuentra también a su mamá por esos lugares.


¿Ud. alcanzó a conocer lo que quedaba de la bonanza de salitre?

Si pues hijo, yo nací en 1933 y por esos tiempos cuando tenía 8 años, subíamos con mi mamá a Santa Luisa, era una oficina muy grande, tenía varias chimeneas, y bonitas casas, no se parecía a las otras que tenían casas en una sola corrida, recuerdo que siempre en las casas grandes(administraciones) y en la plaza ponían las banderas de Chile y una con hartas estrellitas y rayas rojas con blanco (estados unidos), cuando salíamos del 21 pasábamos por Canchas, de ahí subíamos a Portezuelo, llegando al 71 donde trabajaba Amadeo(tío abuelo) y más allá estaba Santa Luisa. Ya cuando tenía 10 años mi papá nos contaba que esta oficina la cerraban para siempre y mucha de su gente la enviaban a Chacabuco a trabajar (1943), le pasó también a otras que no recuerdo bien sus nombres, por esos tiempos solo quedaban la Alemania, la Flor de Chile, la Chile y la Esperanza que últimamente funcionaba de campamento, como la Chile.

¿Qué otros lugares conoció aparte de los que me nombro antes?

Bueno conocí la estación Canchas donde había un Hotel que era de los Prenafeta, había un negocio de un chinito que últimamente lo habían matado, también ahí subían a los toros que traían de arriba arriándolos desde Catalina para llevarlos a Taltal. En Agua verde conocí muy poco, recuerdo unas casas grandes y la estación, hoteles y un almacén de frutas y verduras. Ahí trabajo mi hermano Fernando que en años posteriores fallece de una enfermedad extraña en esos tiempos. Más allá estaba Refresco y Óvalo de donde salían líneas para todos lados, de ahí no conozco más.

¿Cuándo se vienen a Taltal con su familia?

Mi mamá bajaba a Taltal a comprar los víveres cuando estaba de pago de mi papá, yo recuerdo que con dos billetes rojos compraba hartas cosas, de ahí subía a Breas. Ya a finales de los 50 y principios de la década de los 60 nos vinimos de forma definitiva. Llegando a vivir en la calle Riquelme al sur de los que es hoy la Escuela Hogar, ahora ahí vive Florindo mi hermano chico el menor de todos nosotros con su familia. En 1969 fallece mi madre y en 1971 muere mi papá.

¿Y ud. Formó su familia desde cuando?

Bueno yo conocí a tu abuelo Floridor en la casa de mi hermana Rebeca aquí en Taltal, ella vivía con el hermano de tu abuelo el Ricardo, ellos venían también de los poblados que están en las cercanías de Ovalle, trabajaban en el sector de Canchas en las minas de cobre de propiedad de los Paredes, ahí tuve a mi primer hijo en el 21 (Sergio) y los demás en Taltal que en total suman 11, incluyendo a tu mamá, uno de ellos (German) fallece en la cercanía de Pueblo Hundido (Diego de Almagro) cuando era un bebé, por lo que tú, tus hermanos y primos no lo alcanzaron a conocer. Después nos radicamos aquí en la calle Torreblanca hasta el día de hoy, con la ausencia de tu abuelo que se ya se fue hace ya 15 años.

¿Bueno por ultimo que recuerda de sus tiempos de niñez en Breas y en “el 21”?

Recuerdo mucho de cuando jugábamos en los jardines llenos de higuera y otros frutales, cuando íbamos a sacar agua de los estanques grandes del ferrocarril para tomar y bañarnos. Breas era un pequeño pueblo de varias casas de los trabajadores del ferrocarril y particulares, “del 21” también recuerdo nuestra casa y las demás que hacían de un pequeño oasis en plena quebrada por donde subía el tren hacia las salitreras, recuerdo a Santa Luisa donde nos bajábamos a vender charqui y leche además de visitar a mis hermanos mayores que trabajaban en “el 71”.

Dándole las gracias a mi querida abuela por darme su tiempo para hablar de su niñez en Breas, llego a la conclusión de cómo lo hecho siempre de cómo estos lugares donde ahora solo quedan ruinas y cimientos y algunos casos nada, la poca conciencia de aquellos que solo se dedicaban a desaparecer un valioso patrimonio de Taltal, debido a la orden de que el salitre ya no daba ganancias y el ferrocarril daba sus números negativos. Solo gracias a estos testimonios se comprende y valora la vida de los pampinos que dieron todo por sus familias trabajando por estos desolados lugares en que reina el Sol.