Como en la mayoría de los cementerios salitreros la mayoría de sus componentes fueron infantes, debido a problemas de salubridad del agua y la inclemencia del clima pampino. Como muestran las fotos la mayoría quedaron abandonados descansando en la pampa que los vio nacer, crecer y morir.
Una cruz que perdió su leyenda mortuoria.
Otra de las tumbas que mantiene una leyenda mortuoria escrita en plancha de bronce, esta pertenece a Pedro Argandoña.
Este sepulcro le pertenece a Olguita Toleo (oficina Caupolicán)
Una de las pocas leyendas que se mantienen en las cruces, esta tumba pertenece a Jose Segundo Carrazana R. (oficina Caupolicán)
Tumba que pertenece a Ramón Calivar Vega (1952)
Una cruz que posee una leyenda ilegible a quien pertenece
Unas de las tantas tumbas que su nombre se ha borrado por las inclemencias del clima y el sol
Uno de los tantos cementerios salitreros abandonados